Soy de esas que llegan media hora tarde y sonríen mientras piden perdón, de las que hacen la maleta 5 días antes y se le queda lo más importante. Acepto que soy cabezona y negativa, me puede la timidez pero cuando se me pasa, a veces hablo mucho y me entra la risa floja que suena estúpidamente escandalosa y otras me encierro en mi mundo y es complicadísimo sacarme de ahí. Sin embargo, tú lo consigues. Siempre llevo el móvil en el bolsillo aunque no me llame nadie, basta que lo deje en casa para que quieran llamarme, soy impredecible, tan pronto sonrío como lloro, me enfado de nada, pero también se me pasa enseguida. No soy gran cosa, pero soy yo, sin falsas apariencias ni nada que esconder. Pero admito que llevo un escudo, y finjo ser fría y distante. Me funciona, de momento no me han vuelto a herir. Lo malo es cuando alguien consigue traspasarlo, a partir de ese momento… Estoy perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario