Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.
martes, 1 de mayo de 2012
Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres