Su sonrisa prometía un paraíso perdido.

Tan solo pido que te quedes aquí un rato más, que aunque pasen los días no te vayas;

que por muchas veces que me hayas visto cada tarde sea como la primera, y que todos los besos sepan diferente. Que los abrazos no se gasten tan pronto, y los meses vayan pasando en compañía. Realmente, tan solo pido que me quieras como yo, que estés ahí después de los días duros y que hagas los demás más agradables. Tan solo quiero más de ti, algo de tu piel, (para enloquecer).